La
Zanahoria enferma y el Calabacín
En
la nevera nadie dudaba de que, la esbelta Zanahoria, era la reina del cajón de
las verduras. Todos los vegetales le obedecían y se aseguraban de no faltarle
nunca al respeto, pues si se enfadaba, las consecuencias podían ser terribles.
Un
día, la Zanahoria enfermó y fue atendida por su médico de confianza: una
espinaca muy lista que siempre encontraba la medicina o el remedio adecuado
para cada mal. Después de ponerle el termómetro, decidió que lo que necesitaba la
Zanahoria era hacer reposo durante al menos cuatro días. La Zanahoria obedeció
sin rechistar, pues la sabionda espinaca siempre acertaba en sus remedios.
El
problema fue que la Zanahoria se aburría muchísimo. Debía permanecer encerrada
en su cajón todo el día, sin nada que hacer, sin poder pasear y sin compañía
alguna. Para entretenerse un poco, se le ocurrió una idea. Llamó a su hermano,
que era su mano derecha en todos los asuntos reales, y le dijo:
– Hermano, me dado cuenta de lo que es pasarlo mal y por
eso quiero que llames al Calabacín que desterré del cajón por envidia para
hablar con él.
– Me parece una decisión estupenda. Descuida y confía en
mí.
En
cuestión de minutos, todos los vegetales del territorio sabían que la reina
buscaba al Calabacín y todos comenzaron a buscarle. ¡Calabacín!¡Calabacín¡ le
gritaban. Como era de esperar, la mayoría de los vegetales sintieron que era su
deber encontrar al Calabacín. Encontraron al Calabacín triste y solo en otro
cajón y le informaron que fuese a ver a la reina Zanahoria. Él acepto y fue a
visitarla y allí hablaron.
– Hola viejo amigo.
– Hola señora zanahoria.
– Querido Calabacín te he hecho llamar para decirte que
siento mucho el trato que te dado desterrándote del cajón, me equivoque en la decisión
y me dado cuenta que eres muy bueno sabroso igual que lo soy yo. Te pido
disculpas y espero que me perdones.
– Señora Zanahoria agradezco que por fin se haya dado cuenta
de la verdad y vea que soy igual de bueno que cualquier otro vegetal del cajón
aunque sea más grande que vos, acepto sus disculpas y espero que seamos amigos.
La Zanahoria y el calabacín se hicieron amigos y pasaron
muy buenos ratos juntos en el cajón de su nevera. Fin.
EJERCICIO 2:
EJERCICIO 2:
Chicas tenéis que hacer un Podcast, leyendo el cuento, una hace de narrador y Zanahoria y otra del Hermano de la Zanahoria y el Calabacín y me lo tenéis que enviar para que yo lo escuche.
(Podcast es un archivo de audio que se puede descargar y reproducir en un ordenador)